
Bahía Bustamante Es un pequeño pueblo con una inmensa naturaleza, ubicado en el margen norte del Golfo San Jorge, zona que se caracteriza por la importancia en términos de biodiversidad.

Pocos lugares en el mundo presentan esta abundancia y diversidad de aves y mamíferos marinos.
Las instalaciones, construidas en los años sesenta, fueron recicladas para alojar viajeros, ofreciéndoles el máximo confort sin modificar las construcciones originales. Sus calles tienen nombres de algas marinas como Avenida Gracilaria o Macrocystis y, desde las casas que se encuentran frente al mar, podrá disfrutar de inolvidables amaneceres, de la salida de la luna sobre la bahía, de un ambiente único y de una rica fauna marina.
Un mar azul intenso que contrasta con rocas coloradas, un bosque petrificado, aves marinas y terrestres, lobos marinos, orcas y delfines, guanacos, maras, faros, cielos estrellados, picaderos y cementerios indígenas. Y, sobre todo, este remoto y exclusivo pueblo de la costa patagónica le ofrece un lugar distinto, lleno de tranquilidad y seguridad.
Bahía Bustamante se destaca por su exquisito entorno natural.
Ubicación de la Bahía Bustamante
Se encuentra en el extremo norte del arco del Golfo San Jorge, a orillas de Bahía Bustamante. Al sur de la localidad de Camarones y entre las ciudades de Comodoro Rivadavia (180 Km) y Trelew (250 Km).
Historia de la Bahía Bustamante
Don Lorenzo Soriano (Baeza, Jaén España, 1901-1987) llega a la zona en 1953, buscando algas marinas, para poder extraer coloide que le permita continuar con la fabricación del fijador para cabello Malvik, actividad que comenzó en 1947. Luego de recorrer la costa Patagónica en busca de Algas Marinas, descubre Bahía Bustamante, conocida en la zona como «Bahía Podrida», debido a la acumulación de algas marinas en estado de putrefacción. Realiza el primer relevamiento y luego, junto a sus hijos, comienza la recolección de algas marinas, dando origen a este exclusivo pueblo alguero.
En un principio, sólo había dos construcciones frente al mar. Allí se instalan y empiezan a construir lo que hoy es Bahía Bustamante. Construyeron casas y habitaciones para más de 400 empleados, escuela, iglesia, comisaría, depósitos, talleres y una proveeduría, entre otras instalaciones.

Hace aproximadamente unos 50 años, la familia SORIANO levantó este pequeño pueblo en un lugar solitario de la patagonia, conviviendo con las riquezas naturales. Hoy Bahía Bustamante abre sus puertas para que usted forme parte de su historia y conozca su principal actividad: «la Industria de las Algas Marinas».
Ideal para los amantes de la naturaleza, el lugar ofrece diferentes actividades como: avistaje de aves y lobos marinos, visita al bosque petrificado, interpretación de la industria alguera, visita a una típica estancia patagónica, trekking panorámico, cabalgatas y mountain bike.
Además, es posible disfrutar de sus exclusivas playas de arena blanca y agua cristalina, enmarcadas entre rocas de un característico rojizo intenso, que brindan un marco increíble de texturas y colores.
Con su gran cantidad de accidentes geográficos, sus sonidos y su soledad, Bahía Bustamante es un paraíso a descubrir.
Fauna Marina
Los apostaderos de Lobos Marinos (Otaria Flavescens) de las islas, unos 3.500 individuos aproximadamente, son un componente clave de la población de esta especie del centro de Patagonia, reuniendo nada menos que 20% del total de animales que se asientan y reproducen en el Golfo San Jorge.
La colonia de Pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus), que suma unos 60.000 individuos aproximadamente, es la más abundante y constituye uno de los principales atractivos turísticos de la Provincia de Chubut. También encontrará colonias de Cormoranes, Quetros, Garzas, Gaviotas, Gaviotines, Petreles, Skúas, entre otras especies.
La riqueza de la zona también atrae la presencia de Orcas, Toninas y Delfines. Y, en su paso migratorio hacia o desde Península Valdés, nos visitan algunos ejemplares de Ballena Franca Austral y de Elefantes Marinos.ç

Fauna Silvestre de Bahía Bustamante
Al recorrer esta región, se sorprenderá con los singulares animales autóctonos que habitan la estepa patagónica. Maras, choiques y guanacos suelen cruzarse en el camino y, a veces, un inquieto peludo o un zorrino se asoma por entre las ramas de algún arbusto espinoso. El atardecer es el momento propicio para ver gran variedad de aves, martinetas e incluso algún zorro gris.
Aves en Bahía Bustamante
El sector costero de Bahía Bustamante y Caleta Malaspina es uno de los más relevantes para aves marinas de la Patagonia. Allí se encuentran alrededor de 21 colonias de reproducción compuestas por entre 1 y 7 especies de aves marinas. Las islas e islotes con hábitats caracterizados por una combinación de diferentes sustratos y vegetación, sumada a la elevada productividad del área marina adyacente, ofrecen a estas aves marinas los ambientes adecuados para reproducir. Por otro lado, estas islas están protegidas de los vientos y mares de fondo y resultan de difícil acceso para depredadores terrestres, como peludos, zorros, zorrinos, etc.
La colonia de Pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus) suma unos 60.000 individuos aproximadamente y constituye uno de los principales atractivos turísticos de la Provincia de Chubut. Además de las marinas, varias aves costeras utilizan este sector para reproducirse o para alimentarse y descansar durante la etapa migratoria. Asimismo, estas costas son frecuentadas por 7 especies de aves migratorias, 5 neárticas y 2 patagónicas. También es posible avistar una gran variedad de especies de aves de la estepa. Son comunes las aves corredoras, insectívoras, caminadoras, cavícolas y rapaces.
El Bosque Petrificado de Bahía Bustamante
Toda historia tiene un comienzo y nuestra historia comienza con el relato escrito en el paisaje expuesto ante nuestros ojos en Bahía Bustamante. Esta historia cuenta cómo fue el paisaje hace aproximadamente 60 millones de años, tiempo que identificamos con el nombre de Paleoceno, correspondiente al comienzo de la era Terciaria, la era de los Mamíferos.
Los dinosaurios y muchos otros seres desaparecieron para siempre de la faz de la tierra pocos millones de años antes, pero la vida continuó con nuevos actores y nuevos escenarios.
En la época de nuestro relato, el mar ingresó desde el Atlántico y cubrió una amplia zona del Golfo San Jorge, formando una bahía que se extendió más allá del río Chico, quedando la zona de Camarones emergida como una isla. En el continente, la vida se desarrollaba en abundancia: grandes bosques cubrían extensas zonas de la Patagonia. El clima era benigno, con abundantes lluvias y temperaturas moderadas. La cordillera de los Andes recién comenzaba a elevarse, con lo cual no existía una barrera natural a los vientos húmedos del Pacífico como observamos hoy. Los volcanes eran muy activos y el viento distribuía tanto la humedad como la ceniza volcánica a lo ancho de toda la Patagonia.
En nuestro paseo por la estepa patagónica, hoy podemos visitar restos fosilizados de aquellos bosques, observando enormes trozos de troncos petrificados, convertidos en dura roca con el característico brillo del ópalo, que reemplazó a la materia orgánica original del árbol. Podemos observar los anillos de crecimiento, vestigios de su corteza y muchas características más.